Una de las propiedades que acrecientan la belleza de las gemas es, sin duda, su brillo. Este procede de la reflexión – el reflejo de una parte de la luz recibida – Cada piedra posee un indice de reflexión del cual depende su brillo, así como de las características de su superficie y del índice de refracción: cuanta más refracción, mayor brilo. El color no afecta al brillo ni positiva ni negativamente.
Uno de los objetivos de la talla en diamante es extraer de las piedras preciosas el máximo brillo posible, pues mediante ese tipo de tallado se optimiza la superficie de la gema para que proporcione una reflexión total.
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